martes, 24 de noviembre de 2015

Inmersión filosófica en El show de Truman


La película trata de la vida de Truman, un hombre que aparentemente lleva una vida corriente. Sin embargo, lo que él no sabe es que está siendo grabado las veinticuatro horas del día y se ha convertido, sin sospechar nada, en el protagonista del reality show más exitoso del momento. Todo el mundo que Truman cree verdadero es un plató de televisión, y la gente, actores.

 La historia guarda relación con el mito de la caverna de Platón. En el mito unos prisioneros se encuentran atados en una caverna oscura. Lo único que pueden ver son las sombras que proyectan unos objetos, que están fuera del alcance de su vista.  Llevan toda su vida en la caverna, por lo que la única realidad que conocen son las sombras. Los prisioneros viven en la ignorancia, y al no conocer otra realidad no se plantean preguntas. El plató de televisión donde Truman vive es una metáfora de la caverna, ya que el personaje, al no conocer otra cosa, cree que el pueblo y las personas que viven en él son reales. Hasta que no llega alguien que trata de mostrarle el camino hacia el conocimiento, Sylvia, Truman nunca se plantea la verdad sobre el mundo que conoce. Christof, el productor del reality show, dice al final de la película: "Aceptamos la realidad tal y como nos la presentan". Tiene razón, a veces nos dejamos llevar por las señales externas y no nos planteamos si son verdad.

Por otra parte, todas las acciones de Truman están condicionadas por un guión que el director del show ha creado para él. Un ejemplo es la muerte del padre del protagonista. Christof, consciente de que cuando Truman creciese el plató se le quedaría pequeño y querría conocer mundo, decide crear al chico un trauma para alejarlo del mar y, de esta manera, evitar que descubriese la verdad. Otro ejemplo es cuando "el mejor amigo de Truman", Marlon, le dice que él nunca le mentiría. En ese momento, Marlon, está siguiendo instrucciones que le dicta el director, ya que lo único que le importa es interpretar bien su papel y no los sentimientos de Truman. A pesar de la confianza que Truman pone en él y todo el tiempo que han pasado juntos , Marlon le miente cara sin vacilar ni un solo segundo.
Con los ejemplos que he comentado anteriormente, podemos ver que la aparente libertad de Truman está condicionada por el director y los actores del show. Cuando ven que Truman se sale del guión que ellos han creado o que va a descubrir algo, hacen todo lo posible por alejarle de allí. Al enamorarse el chico de Sylvia, quien le corresponde, además de ser la única que trata de mostrarle la verdad y ser consciente de que es un ser humano, los productores la sacan del show. Después hacen que Truman se case con otra actriz, ya que esto era lo que tenían preparado desde el principio. Ella ni siquiera puede soportar a Truman, pero lo único que les importa es que el show continúe y no la felicidad del chico.

El creador del show, Christof, cree representar, de alguna manera, la figura de padre de Truman. Él piensa que si Truman permanece en el mundo que han creado para él, nada malo podrá nunca sucederle. No es consciente de que la felicidad y salud mental de Truman peligren si permanece allí. Se contenta con saber que si él sigue allí, podrá controlarle y evitar los peligros del mundo real. Además muchas veces antepone los intereses económicos a la vida de Truman.

El director y el resto de personal del show no son los únicos culpables de la manipulación de Truman, parte de la culpa también la tienen los telespectadores. Las personas que ven el show contribuyen, mediante la compra de artículos del Show de Truman o simplemente viendo el programa, a que se siga emitiendo el reality. Estas personas consideran a Truman como un entretenimiento y no como un ser humano. Ellos saben que Truman está en el show en contra de su voluntad, ya que nadie le ha preguntado si de verdad quería participar en él, pero no hacen nada para evitarlo. Cuando el show acaba, en vez de reflexionar sobre la decisión de Truman de marcharse a conocer mundo, lo único que hacen es cambiar de canal. Los espectadores, en cierta manera, también son manipulados por la publicidad y por el propio productor del show. Tanto en las entrevistas como en el programa, Christof hace ver a los telespectadores que no está mal el hecho de que Truman no goce de ciertos derechos que como ser humano tendría que disfrutar. "Si Truman quisiera irse, ya lo habría hecho" dice Christof en una de las entrevistas, engañando al público y tratando que piensen que Truman tiene plena libertad, cuando no es del todo cierto.

El papel que representa Sylvia en la historia es trascendental, ya que es la persona que abre los ojos a Truman. El chico nunca se conforma con aceptar la desaparición de Sylvia de su vida, y promete que irá a buscarla. Este fracaso hace que Truman trate con ímpetu de vencer sus miedos y viajar a Fiji, para reunirse con ella, porque allí es donde habían dicho que se la llevarían. El protagonista no se da por vencido después de cada derrota y nunca deja de buscarla. Gracias a ello, poco a poco se da cuenta de que Sylvia tenía razón, todo el mundo parece estar pendiente de él y tratar fervientemente de evitar que salga de la isla.  Truman empieza a sospechar y finalmente descubre que ella tenía razón, que es el protagonista de un exitoso reality show y ha vivido engañado toda su vida. Su amor por Sylvia, quién es una metáfora del conocimiento, le lleva a dar el último paso hacia el mundo real, abandonando la seguridad y protección del mundo que él siempre ha considerado como verdadero.

En conclusión, El Show de Truman nos hace reflexionar sobre el mundo en el que vivimos y la sociedad actual. Muchas veces, como los espectadores del show, somos cómplices de actos poco éticos, ya que nos limitamos a observar en lugar de actuar e intentar solucionarlos. Así mismo, la película nos muestra la pérdida de valores que se produce en nuestra sociedad.

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